Parece que la Ciberseguridad ha llegado para quedarse. Esperemos que no sea una moda pasajera que genera expectativas y luego se desvanece. Esperemos también, que se convierta en negocio tangible para las empresas TIC en un tiempo más corto que el otro concepto que tantos ríos de tinta está haciendo correr, el Big Data.
A esta pareja al que los expertos auguran un brillante futuro, dentro de muy poco se les unirá un tercer miembro: el Internet de las Cosas o “IoT”, para los amigos de las siglas.
Hoy no hablaremos de los beneficios o peligros de estas tecnologías, ni de los productos que las sustentan, sino que queremos compartir una reflexión acerca del reto que representan para las pymes estas oleadas tecnológicas.
Los más conservadores están todavía en la fase “ser o no ser” de la computación en la nube o “Cloud Computing”. Los más atrevidos ya han dado el paso. Sea como fuere, después de este paso, del que aún no han saboreado “las mieles del triunfo”, léase beneficios, ya les estamos llenado la cabeza de más vocablos.
Por si fuera poco, las organizaciones empresariales, la administración y un sinfín de entidades están ofreciendo un gran número de eventos relativos a la Industria 4.0, la digitalización de las actividades empresariales. Más leña al fuego.
Parece que lo peor de la reciente crisis económica ha pasado, pero ¿está preparada la pyme para incorporar y absorber todas estas tecnologías, al mismo tiempo que lucha para mantener su negocio a flote?
Como siempre, depende. Habrá quien sí, que sabrá ver una oportunidad en estas tecnologías, y otras que irán a remolque y sólo cuando vean que pierden el tren, las adaptarán.
Lo mismo pasará con las empresas tecnológicas que deben ayudar a implantarlas. A primera vista, parece que las grandes firmas TIC, a tenor de lo que comentan y los proyectos en los que trabajan, están en ello. Por otra parte, aparecen microempresas (algo así como start-up’s plus), que se especializan en estos nichos tecnológicos.
Entre ambas están las pymes, mayoritarias en nuestro país, a las cuales se les ofrece una excelente oportunidad de ampliar su catálogo de soluciones y abarcar un nuevo mercado que aparece por el horizonte.
Pero no va a ser fácil; en el camino encontraremos obstáculos. El principal, a nuestro entender, es la falta de personal preparado. En los últimos años, ante las pobres perspectivas laborales que nuestro país les ofrecía, muchos de nuestros jóvenes universitarios (y no) han emigrado a otros países de la Unión Europa, en busca de las oportunidades que aquí no han encontrado.
Allí están, lógicamente, encantados: nosotros les formamos (el Estado paga un 80% del coste de la carrera a cada universitario ) y ellos los disfrutan.
Pero ¿qué pasará cuando los necesitemos? ¿Volverán? ¿A que precio? En nuestro país los salarios son más bajos que donde están trabajando ahora mismo. ¿Podrá el efecto “patria”, compensar la diferencia salarial y otros incentivos profesionales?
Creemos, sinceramente, que hay que tener preparado un plan B. Si no regresan los que se fueron, hay que formar a los de aquí. Esto abre nuevas oportunidades a las instituciones de formación especializada. Podrán decir que ya existen; por ejemplo, la UPC School of Professional & Executive Development tiene cursos de Posgrado y Masters de todas estas especialidades que comentábamos al principio. Pero los profesionales que forman son apenas un vaso en un océano. Faltan muchísimos más.
Entonces ¿qué? Mientras llegan las nuevas generaciones de profesionales, las empresas no pueden esperar sin hacer nada. Como dijo Albert Einstein: «En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”. Por tanto, se impone que las empresas TIC, gestionen adecuadamente sus recursos humanos con formación y fidelización, ofreciéndoles planes de carrera de forma que alcancen en estas pymes, un desarrollo profesional, actualmente sólo al alcance de las grandes compañías. En esto las pymes son más agiles que las grandes y con mas músculo que las pequeñas.